Pagar el carro en el concesionario y firmar el contrato ya sea de un auto cero kilómetros o uno de segunda mano, no es solo lo que se necesita para poder disfrutar la nueva adquisición, también es necesario que lleves cierto papeleo después del gran paso, lo que puede resultar pesado para cualquier usuario en estas circunstancias.
Luego de hacer la compra de un carro hay que llevar ciertos papeleos que dependen de ciertas funciones y de si el vehículo es nuevo o de segunda mano. Lo primero que debes hacer, indistintamente de este detalle es matricular tu nuevo coche, y para eso, deberás pasar por un conjunto de trámites molestos y de etiqueta burocrática que consume tiempo.
Por ello, hay personas que deciden dejarlo todo en las manos de una persona encargada específicamente en esto, es decir, una gestora o en su defecto gestor, asesor. Aun así, si tienes la paciencia que se requiere, puedes pasar por el trámite sin mayor problema.
¿Cómo se matricula un carro?
Lo primero que tienes que hacer es, directamente pagar el precio del coche una vez estés en el lugar donde lo escogiste, esto tiene un pequeño importe de IVA dentro, si es que tu elección ha sido un auto completamente nuevo. Luego de realizado el pago, la empresa que está encargada entrega los nuevos papeles del carro al propietario, es decir, a ti, con el permiso que dicta que puedes circular, tarjeta de inspección técnica, un manual de instrucciones para tu auto y también, la garantía del mismo, aunado a esto, tendrás la factura de tu compra realizada. Ahora se viene lo bueno, los tramites de los que te comentamos, para que puedas ir sin problemas por la calle y todo el país.
Abona tu impuesto de circulación
Esta cifra de impuesto puedes cancelarlo en la oficina del Ayuntamiento de la localidad en donde se vaya a matricular tu nueva adquisición.
Debes abonar el impuesto de Matriculación en Hacienda
Recuerda también echar una visitada al Ministerio de Hacienda, ¿por qué? Porque debe ser visitada para hacer tu declaración que haga constar que el vehículo nuevo es tuyo y pagar el impuesto que este corresponde.
Siguiendo la lista, debes abonar las tasas de matriculación ante la Dirección General de Tráfico (conocido como DGT).
A continuación, podrás contar con el número que te haya facilitado la DGT para las matrículas. Afortunadamente, este proceso se puede hacer desde la comodidad del Internet, o si te encuentras relativamente cerca, puedes ir a una sede de confianza en donde no se demoran gran tiempo.
No olvides contratar un seguro
El seguro es una parte súper importante de la compra de un auto, así que lo ideal es contar con una cobertura mínima de Responsabilidad Civil, y si deseas saber cuánto puede salir este trabajito, puedes visitar la página de Verti, que tiene a disposición, una calculadora gratuita de seguros y te dirá con lujo de detalles todo lo que debes saber de un seguro.
Ahora, ¿y si tu coche es de segunda mano?
Si el auto que acabas de adquirir, ya tiene historia, lo primero que necesitas hacer es notificar el pase de dueño en la Jefatura Provincial de Tráfico, pagando una tasa y mostrando tus documentos específicos que muestran que tienes un trato de compra venta en este caso. De parte del vendedor inicial, debes haber obtenido el permiso de circulación y la ficha de características técnicas.
Lleva contigo recibos de pago del Impuesto de Vehículos de Tracción Mecánica, y el certificado de haber superado al ITV. Ten una impresión de la notificación de transferencia, y el permiso de conducción junto con el DNI. Ya que tengas todo esto ordenado, debes pagar los siguientes importes:
Informe de Antecedentes e Impedimentos de carro en la Jefatura Provincial de Tráfico. Revoca la reserva de dominio en caso de que este sea un carro financiado.
Paga las tasas por el paso de titularidad en la Jefatura de Tráfico.
Además, debes pagar la tasa que se abona en la Consejería de Hacienda de tu comunidad que se llama Impuesto de Transmisiones Patrimoniales.
Y finalmente, los carros de segunda mano también requieren de un seguro, así que es beneficioso contratar alguno, el hecho de que no sea completamente nuevo, no lo exime de cualquier accidente imprevisto, robos o daños a terceros.